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Fotografía de Jeffery Scott |
Acaban de darme el finiquito (fue ayer). Era inevitable, lo venía esperando desde hace meses. Mi jefe, un joven empresario, emprendedor y dinámico, me estaba largando un discurso soporífero sobre la crisis mundial y sobre nuestra crisis en particular, sin atreverse a afrontar lo que realmente había venido a decirme desde Madrid. Pobre, estaba pasando un mal trago. No sólo por mí, todo su negocio se ha ido a la mierda. Va a ser pasto de los bancos. Los banqueros sí que no perdonan una. Primero aprietan y luego ahogan sin la más mínima piedad. Y el domingo van a misa, para empezar el lunes la voraz depredación sin atisbo de culpa. Así que, sí, mi jefe me daba penilla. Al final le tuve que echar una mano para que se centrara en el meollo de la cuestión, que era mi despido. Los dos nos sentimos aliviados al afrontarlo. Tengo un mes de sueldo pagado sin pegar un palo al agua, más todo lo demás que me corresponde por ley. Ningún contratiempo ni racaneo en ese sentido. Y buenas palabras y agradecimientos por mi labor.
En cierta manera, es más terapéutico tener un jefe cabrón, afrontas el despido como una auténtica víctima de la vorágine capitalista con todos los atributos de la penitencia, teniendo un sujeto explotador inmediato a quién poner a parir y culpar de todos tus males. La putada es la misma –el paro- pero como que te quedas más desahogada dándole la paliza a familiares y allegados con tu inmolación laboral. Éstos, consolándote y formando coro de plañideras. Y luego está el discurso proletario personalizado que podrías desembuchar en las largas colas del INEM con tus colegas de destino, regodeándote con las maldades del hijodeputa de tu jefe, intercambiando escabrosos detalles y competir por el patrón más canalla. Eso te tiene que dejar como nueva. Pues nada, ni eso, ya nada es lo que era. Esta crisis miserable nos ha igualado a asalariados y a empresarios, me refiero sólo a los menos pudientes, claro. Compartimos el mismo nefasto futuro inmediato y la misma angustiosa incertidumbre de no saber cuándo vamos a recuperar nuestra mediocre normalidad.
En los tiempos que corren, ya no nos queda ni el amargo encanto de maldecir a nuestros jefes cuando te presentan el finiquito. A veces, están peor que tú.
En cierta manera, es más terapéutico tener un jefe cabrón, afrontas el despido como una auténtica víctima de la vorágine capitalista con todos los atributos de la penitencia, teniendo un sujeto explotador inmediato a quién poner a parir y culpar de todos tus males. La putada es la misma –el paro- pero como que te quedas más desahogada dándole la paliza a familiares y allegados con tu inmolación laboral. Éstos, consolándote y formando coro de plañideras. Y luego está el discurso proletario personalizado que podrías desembuchar en las largas colas del INEM con tus colegas de destino, regodeándote con las maldades del hijodeputa de tu jefe, intercambiando escabrosos detalles y competir por el patrón más canalla. Eso te tiene que dejar como nueva. Pues nada, ni eso, ya nada es lo que era. Esta crisis miserable nos ha igualado a asalariados y a empresarios, me refiero sólo a los menos pudientes, claro. Compartimos el mismo nefasto futuro inmediato y la misma angustiosa incertidumbre de no saber cuándo vamos a recuperar nuestra mediocre normalidad.
En los tiempos que corren, ya no nos queda ni el amargo encanto de maldecir a nuestros jefes cuando te presentan el finiquito. A veces, están peor que tú.
19 comentarios:
................................................................................besos.....
besos.............
Estoy totalmente de acuerdo contigo.
Lo peor, la cara de idiota que se le queda a uno en circunstancias similiares.
Lo lamento de veras. Espero que pronto encuentres un nuevo trabajo. Y no te olvides de tu blog.
Un abrazo.
La foto es estupenda.
Disfruta del mes pagado sin trabajar y espero que encuentres uno nuevo pronto.
Los dueños de los bancos son lo peor; esos que la han liado y ahora nos machacan. Claro que si te apellidas Botín qué se puede esperar.
Lo que no deja de ser curioso es que intenten justificarse de alguna manera... que si no tengo, que si estoy peor que tú, que la crisis, que no se qué... el problema es que ahora tienen excusa. Pero en realidad no la necesitan.
Saludos desde el otro lado de la frontera.
Pues mira que lo lamento, es una mala noticia que por desgracia ya me estoy acostumbrando a escuchar demasiado. No corren buenos tiempos para la lírica, querida Madame, pero incluso asi eres capaz de superarte y llegar al fondo del alma a aquellos que te apreciamos fundamentalmente.
Nunca resulta muy sensato generalizar, porque evidentemente existen jefes y "jefes", currantes y "currantes", y trabajos y "trabajos", pero no hay que desesperar, miremos la botella medio llena, que siempre nos quedará el Inem (by the moment)
Un besazo, y disfruta a tope ese mes pagadito sin dar un palo al agua ok?
Llego aquí por primera vez. No te conozco, pero me ha gustado mucho como explicas lo que te ocurre. Dice mucho de ti.
Demasiado a menudo, uno lee el título de la entrada y ya podría escribir el post entero. En tu caso, esperaba la retahila facilona que tan bien describes luego.
Eres tan elegante que ni siquiera nos cuentas a qué te dedicas por si sabemos de algo.
Enchanté, madame. Y suerte con el curro.
Perfectamente expresado. Estamos en una sociedad especializada en producir insatisfacciones y que en demasiadas ocasiones nos obliga a elegir entre lo peor y lo menos malo. Buena suerte y disfruta de ese mes,
bueno de ese mes y de todos los que puedas.
A mi tb me dieron el finiquito en mes pasado...
:S :S
besos ¡
Lamentable. Lo siento mucho Madame. En estos tiempos terribles de depredación y cara de perro, lo peor es siempre para los más honrados. A pesar de todo, tu reflexión es muy comprensiva y generosa.
Un beso cariñoso.
Primero un abrazo de ánimo, no creo que a alguien como tu le cueste encontrar algo, así que ánimo.
Por otra parte sí a veces es mejor tener a un auténtico cabronazo como jefe, te hace sentir mejor.
Gracias a todos por vuestras palabras y vuestros ánimos.
Y un abrazo solidario a ti, Liv. Espero que dejes de estar muy pronto en es lista negra (el paro). Tú vales mucho, sólo hay que leer tu blog para saberlo. Seguro que lo logras a no más tardar
Por mi parte, intentaré disfrutar de ese mes pagado lo más que pueda y luego a reciclarse. A lo mejor, esta es la oportunidad para hacer esos cursillos para los que nunca tienes tiempo y que luego te sirven para encontrar un trabajo mejor del que tenías. Esta es la perspectiva que quiero plantearme y no otra.
Un abrazo a todos y gracias de nuevo.
X
Un beso MGP. Seguro que encuentras una opción mejor. Eso te deseo con mi afecto. Ak.
Como dicen mas arriba, siempre te caracteriza la generosidad en la adversidad. Cualidad maravillosa donde las haya.
En cuanto a los jefes, o los empresarios, yo rompo una lanza a su favor. Porque sean o no unos cabroncetes, tienen el valor de lanzarse al ruedo exponiendo lo que tengan ( amén de lo prestado por el banco, claro está).
Al menos yo les agradezco que creen empleo. Y si se forran, que repartan beneficios, jejeje.
Ánimo, guapa, que tu vales mucho.
Un besazo
No sabía al principio si era un relato, que fuera a dar un giro morboso...
Ojalá hubiera sido así. Te envío un abrazo muy fuerte. Y animoso. Yo también pienso que tú vales mucho...
Poco más se puede decir. Quizá, sólo, que en mi caso es cuando estuve más prolífica escribiendo, durante un año sin ingreso alguno :)
Cuando las cosas parecen negras, siempre hay alguien que te dice "no te preocupes, seguro que se arregla". Quizá las palabras tengan un efecto mágico, pues he comprobado que suelen tener razón, por mal que las veamos nosotros :)
Animo.
Estimada Madame X,
Ojalá que disfrutes de un tiempo propicio para la creatividad y el encuentro con lo sublime, y lo disfrutes en cuerpo y alma.
Un beso cálido.
Hola Madame...
Tiempo sin verte ¿me prestas esta ilustración para hacer un post sobre una maje en el paro?
Por cierto ¿de quien es la fotografía?
Besos
M.
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