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Esta entrevista fue publicada hace poco más de tres años en el periódico “La voz de Almería” y la guardé. Me gustó que un hombre hablara como lo podía haber hecho una feminista experta en el tema del maltrato de género. Hoy, por desgracia, el contenido de la entrevista tiene la misma actualidad que cuando fue hecha. Aquí os la transcribo.
Entrevista con Miguel Lorente Acosta. Doctor en Medicina y Cirugía, médico forense. Experto de conocido prestigio nacional e internacional.
. Uno de lo mayores expertos nacionales sobre violencia de género acaba de publicar un libro en el que “desnuda” al agresor. El doctor Miguel Lorente es almeriense. El comportamiento que encuentra en la sociedad, cuyo sistema y normas permite actuar al agresor, le empuja a reivindicar un cambio cultural.
“El rompecabezas. Anatomía del maltratador” es el nuevo ensayo del doctor Miguel Lorente Acosta (Serón 1962), experto en violencia de género. En su obra trata de desmitificar algunos estereotipos establecidos sobre la violencia hacia las mujeres que impiden llegar hasta el fondo de este grave problema social y global y buscar, entonces, posibles soluciones definitivas. La violencia, según el autor, se asienta sobre la cultura.
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Primero fue “Mi marido me pega lo normal”, obra en la que las víctimas eran las protagonistas. Ahora, en “El rompecabezas” habla de los agresores. En ella menciona los “motivos del lobo”. ¿Qué son?
Existe una característica en un maltratador, como una situación mantenida, y es el acoso, ir de menos a más en su aproximación a la víctima. Se trata de la persecución que se hace de la mujer para controlarla y reducirla; que es común en el maltrato.
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¿Cuál ha sido su sistema de trabajo?
“El rompecabezas. Anatomía del maltratador” es el nuevo ensayo del doctor Miguel Lorente Acosta (Serón 1962), experto en violencia de género. En su obra trata de desmitificar algunos estereotipos establecidos sobre la violencia hacia las mujeres que impiden llegar hasta el fondo de este grave problema social y global y buscar, entonces, posibles soluciones definitivas. La violencia, según el autor, se asienta sobre la cultura.
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Primero fue “Mi marido me pega lo normal”, obra en la que las víctimas eran las protagonistas. Ahora, en “El rompecabezas” habla de los agresores. En ella menciona los “motivos del lobo”. ¿Qué son?
Existe una característica en un maltratador, como una situación mantenida, y es el acoso, ir de menos a más en su aproximación a la víctima. Se trata de la persecución que se hace de la mujer para controlarla y reducirla; que es común en el maltrato.
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¿Cuál ha sido su sistema de trabajo?
La obra parte de mi encuentro con la violencia hacia las mujeres, cuando comencé a trabajar como forense en 1988. Eran casos totalmente distintos a los que yo había visto en mi carrera porque no había una reivindicación, ellas pensaban que eran responsables. Al ver que era común en todas las mujeres, me hizo estudiar sobre las características de ellas y de los agresores y compararlas con otros trabajos. Más que un estudio descriptivo, es analítico.
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Por su experiencia, ¿dónde nace este comportamiento?
En el egoísmo y desconsideración hacia la mujer, la sociedad y todo lo que signifique algo que no sea nuestro. Quieren mantener una situación de privilegio. No dicen que esté mal, sino que lo justifican. El agresor responde a lo que él considera que es un ataque, pero cuando analizas esa situación, ves que buscan justificación y razón para agredir.
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¿Qué les protege?, ¿es el momento de realizar autocrítica?
Hay que romper con esta cultura patriarcal. Cuando el caso se ha producido, el rechazo no es suficiente, porque habremos actuado tarde. Tenemos que posicionarnos hacia la desigualdad y debe tratarse desde la educación y el cuestionamiento de muchos modelos por medio de la información.
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¿Y la sociedad, ¿cómo se comporta?
He realizado un estudio sobre la respuesta social hacia la violencia y he comprobado que la actitud no se ha modificado. Hace cuatro años, el 2,7 % de la gente creía que la violencia era un problema “muy grave”. Entonces, el número de muertes era de 52. Ahora, cuatro años después, es de 72 y el porcentaje sigue siendo el mismo. No existe una evolución a raíz de esa situación tan trágica como es el asesinato. Somos insensibles ante el estímulo de lo que es la violencia. Y es que la justificamos. No damos importancia al bofetón., y cuando se mata creemos que es porque se ha vuelto loco. Estamos dando naturaleza a la violencia.
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¿Existe un perfil o un modo de actuar?
No hay una condición previa que haga al hombre ser maltratador. Hay gente más impulsiva, pero no se traduce en violencia. Si analizamos las actitudes de los maltratadores ves que existe un proceso gradual de control de la mujer, un intento de cuestionar y aislar a la mujer en sus fuentes de apoyo externas: familia, aficiones, etc. Esta actitud puede aparecer diez años después de una relación.
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¿No se puede identificar a priori?
No son formas de ser, sino de actuar. Cuando considera que lo que su mujer hace es un ataque, no un posicionamiento autónomo, puede recurrir a la violencia. Lo que sí cambia es la forma de ejercer la violencia, pero no viene condicionado por una forma de ser o una patología.
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¿Es posible la reinserción?
Tan posible como que no se desinsertan. La característica es que el maltratador está profundamente insertado en las normas y patrones culturales de nuestra sociedad. No hay que reinsertarlo, sino sacarlo de esa fuente de referencia para interpretar la relación. No creo que la solución pase por una terapia o rehabilitación, porque no lo necesitan, no son enfermos. No están analizando con una distorsión la situación que viven. Es verdad que encuentran los instrumentos a mano para realizarla. En una cultura patriarcal habrá facilidad para justificar y recurrir a la violencia, pero en cada uno de los pasos que ha dado el hombre es consciente de lo que ha hecho y obtiene un beneficio, el privilegio.
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¿Existen casos de violencia entre parejas del mismo sexo?
Sí. La violencia es de género por la carga cultural, no biológica. Va relacionado con el rol que desempeñamos en la cultura. El que desempeñe el rol del privilegio puede recurrir a la violencia como elemento efectivo (porque le va bien) para llevar a cabo ese papel.
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La sociedad patriarcal ya está establecida y enraizada. Para poder ver la luz, ¿se ha de empezar, ya, desde la educación?
Suena muy teórico, pero para cambiar, hay que modificar las referencias, Cuando todo funciona bien, no hay que cambiar. Cuando eso se altera por algo al crearse una situación de desorientación, es cuando se toman esas referencias y valores patriarcales, que es lo que legitima para recomponer algo que previamente ha sido alterado por la mujer. Hay que ser muy críticos y romper muchas de las normas establecidas. Hablas de listas paritarias y la gente se echa las manos a la cabeza, y son medidas para cambiar las referencias.
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¿Qué opina de la Ley Integral?
Es fundamental. Siempre se puede mejorar. Es una ley para empezar a plantear la violencia no como un hecho aislado, sino una situación continuada que va más allá de lo que es la cuestión jurídico-penal. La violencia tiene una dimensión global porque afecta a todos los ámbitos en los que se mueve la mujer y todo eso hay que reconstruirlo y hay que abordar cada uno de esos elementos que se han deteriorado afectados por la violencia.
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El año pasado se incrementó el número de denuncias y también de asesinatos. ¿A qué cree que se debe?
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Por su experiencia, ¿dónde nace este comportamiento?
En el egoísmo y desconsideración hacia la mujer, la sociedad y todo lo que signifique algo que no sea nuestro. Quieren mantener una situación de privilegio. No dicen que esté mal, sino que lo justifican. El agresor responde a lo que él considera que es un ataque, pero cuando analizas esa situación, ves que buscan justificación y razón para agredir.
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¿Qué les protege?, ¿es el momento de realizar autocrítica?
Hay que romper con esta cultura patriarcal. Cuando el caso se ha producido, el rechazo no es suficiente, porque habremos actuado tarde. Tenemos que posicionarnos hacia la desigualdad y debe tratarse desde la educación y el cuestionamiento de muchos modelos por medio de la información.
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¿Y la sociedad, ¿cómo se comporta?
He realizado un estudio sobre la respuesta social hacia la violencia y he comprobado que la actitud no se ha modificado. Hace cuatro años, el 2,7 % de la gente creía que la violencia era un problema “muy grave”. Entonces, el número de muertes era de 52. Ahora, cuatro años después, es de 72 y el porcentaje sigue siendo el mismo. No existe una evolución a raíz de esa situación tan trágica como es el asesinato. Somos insensibles ante el estímulo de lo que es la violencia. Y es que la justificamos. No damos importancia al bofetón., y cuando se mata creemos que es porque se ha vuelto loco. Estamos dando naturaleza a la violencia.
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¿Existe un perfil o un modo de actuar?
No hay una condición previa que haga al hombre ser maltratador. Hay gente más impulsiva, pero no se traduce en violencia. Si analizamos las actitudes de los maltratadores ves que existe un proceso gradual de control de la mujer, un intento de cuestionar y aislar a la mujer en sus fuentes de apoyo externas: familia, aficiones, etc. Esta actitud puede aparecer diez años después de una relación.
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¿No se puede identificar a priori?
No son formas de ser, sino de actuar. Cuando considera que lo que su mujer hace es un ataque, no un posicionamiento autónomo, puede recurrir a la violencia. Lo que sí cambia es la forma de ejercer la violencia, pero no viene condicionado por una forma de ser o una patología.
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¿Es posible la reinserción?
Tan posible como que no se desinsertan. La característica es que el maltratador está profundamente insertado en las normas y patrones culturales de nuestra sociedad. No hay que reinsertarlo, sino sacarlo de esa fuente de referencia para interpretar la relación. No creo que la solución pase por una terapia o rehabilitación, porque no lo necesitan, no son enfermos. No están analizando con una distorsión la situación que viven. Es verdad que encuentran los instrumentos a mano para realizarla. En una cultura patriarcal habrá facilidad para justificar y recurrir a la violencia, pero en cada uno de los pasos que ha dado el hombre es consciente de lo que ha hecho y obtiene un beneficio, el privilegio.
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¿Existen casos de violencia entre parejas del mismo sexo?
Sí. La violencia es de género por la carga cultural, no biológica. Va relacionado con el rol que desempeñamos en la cultura. El que desempeñe el rol del privilegio puede recurrir a la violencia como elemento efectivo (porque le va bien) para llevar a cabo ese papel.
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La sociedad patriarcal ya está establecida y enraizada. Para poder ver la luz, ¿se ha de empezar, ya, desde la educación?
Suena muy teórico, pero para cambiar, hay que modificar las referencias, Cuando todo funciona bien, no hay que cambiar. Cuando eso se altera por algo al crearse una situación de desorientación, es cuando se toman esas referencias y valores patriarcales, que es lo que legitima para recomponer algo que previamente ha sido alterado por la mujer. Hay que ser muy críticos y romper muchas de las normas establecidas. Hablas de listas paritarias y la gente se echa las manos a la cabeza, y son medidas para cambiar las referencias.
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¿Qué opina de la Ley Integral?
Es fundamental. Siempre se puede mejorar. Es una ley para empezar a plantear la violencia no como un hecho aislado, sino una situación continuada que va más allá de lo que es la cuestión jurídico-penal. La violencia tiene una dimensión global porque afecta a todos los ámbitos en los que se mueve la mujer y todo eso hay que reconstruirlo y hay que abordar cada uno de esos elementos que se han deteriorado afectados por la violencia.
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El año pasado se incrementó el número de denuncias y también de asesinatos. ¿A qué cree que se debe?
El asesinato es un acto, pero en este caso hay que analizarlo dentro de una conducta. De lo contrario, no podemos prever qué es lo que va a ocurrir. Muchas de las manifestaciones leves pueden acabar en homicidios. Un maltratador no es un sádico, es una persona que quiere controlar y estar por encima de su mujer, pero no teniendo que usar la violencia. Ese control se pierde cuando se separa. Hay un periodo de tiempo en que cree que la mujer va a volver y cuando descubre que no es así, se puede producir ese último recurso que es el asesinato. La orden de alejamiento en muchos casos no sirve de nada y hay que buscar medidas más individualizadas. Hay que estudiar a cada agresor.
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¿Es pro-feminista?
De hecho profeso el feminismo. Estoy de acuerdo en los postulados del feminismo tanto en su origen como en su movimiento y pensamiento que desenmascara la desigualdad, la opresión de la mujer y el dominio en nombre de la desigualdad.
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¿Es pro-feminista?
De hecho profeso el feminismo. Estoy de acuerdo en los postulados del feminismo tanto en su origen como en su movimiento y pensamiento que desenmascara la desigualdad, la opresión de la mujer y el dominio en nombre de la desigualdad.
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Por Marta Soler. “La voz de Almería”, 17 de enero de 2005
- Fotografía: Eugenio Recuenco
13 comentarios:
Interesante entrevista. Y como dice , mucha culpa la tiene la sociedad. Un beso.
Siempre he visto este problema como un problema social más que personal.
Excelente artículo!!!
Hemos de andar aún un largo camino para superar estos comportamientos atávicos y el silencio que los rodea, ese silencio que de momento sólo se ha resquebrajado, pero que hay que romper.
Lo que me inquieta de este asunto es el aumento de las cifras de denuncias y de asesinatos. Quizá pueda deberse a que antes no se cuantificaban de forma unitaria este tipo de delitos. Al margen de eso, yo tengo la sospecha de que se está produciendo un enorme choque entre un universo cultural patriarcal, de dominio masculino, y un universo emergente desde hace años, que es el de la liberación sexual y la equiparación de la moralidad de hombres y mujeres. En otras palabras, creo que un gran número de hombres con ideas machistas han visto inflamados sus impulsos posesivos como reacción a las formas que nos ofrece la nueva sociedad.
Un besín!
sin perdón...besos xx
Un artículo excelente desde todos los puntos de vista, ya que nos muestra la auténtica cara del agresor y el comportamiento de esta sociedad patriarcal donde los hombres suelen apartarse a la hora de reivindicar justicia para estas víctimas, generalmente mujeres,o sea, no están suficientemente concienciados todavía de que esta lucha no sólo es de las mujeres sino de TODA la sociedad y necesita el apoyo general de todos para poder erradicar esta lacra, que deja en evidencia la falta de escrúpulos sociales en contra del maltratador.
Te agradezco mucho tus apreciaciones acerca de mi último libro, en especial el compararme con Safo eso es todo un piropo que sólo a ti se te puede ocurrir ¡eres un encanto!
Muchos besos especialmente tiernos para ti!!
El maltratador es un delincuente, así de sencillo y de simple. La que está enferma es la sociedad que lo permite y que no lo castiga.
Eres sensual y atrevida, me ha gustado mucho tu Blog.
Besikos
De acuerdo en parte con agurdión, si han aumentado los casos de homicidios de mujeres a manos de sus (ex)parejas es por un lado como represalia a las denuncias (porque, sí, aunque sean pocas, ahora se denuncia, que ya es algo) pero sobre todo porque la mujer de hoy en día se parece poco o nada a la de hace simplemente diez años, ya ni hablar de las de la transición (y dictadura, en fin). Las mujeres, afortunadamente, han tomado conciencia de su propia libertad, son más independientes y dan la cara cuando se sienten oprimidas. Ellas han evolucionado, muchos hombres no. Es entonces cuando se da el conflicto, igual que hace treinta años un padre pegaba al niño que se ponía chulito. Hoy ha habido un traspaso de actitudes de la relación padres-hijos a la de esposo-esposa. Y hemos salido perdiendo en las dos.
El poema está en castellano entre las notas de octubre. Me gusta tu blog, somos del mismo signo y tu foto es mejor que la mia. Pero no das tu email.
feliz día de la mujer,
no mas abusos...
Hola, de nuevo de vuelta, con tu permiso robo el texto que me parece de lo más interesante, para el proyecto 91/2006.
Besos
El problema es que todas soys unas zorras
Respondiendo a Anonimus: en tal caso tu eres un hijo de zorra !!... Dudo que nacieras de un varon , eso lo primero y lo segundo seguro que tu própia madre , anda arrepentida incluso de haverte dado la vida ...
Sin duda buena muestra de la necesidad imperiosa no sólo de no tolerar conductas violentas, agresivas , humillantes o del tipo que sean , siempre que esten encaminadas a hacer daño a otro , principalmente una mujer, un niñ@ o un ancian@...victimas predilectas pro indefensas casi siempre de las alimañas que rondan por el planeta al estilo :"GOLLUM"... Y peores.
Grácias por este blog, contiene valiosa información que ya comenzba a pensar , que nadie era capaz de expresar en alto , o bien de pensar en ello simplemente .
Saludos !
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